Lleva la voz de las juventudes a las Naciones Unidas
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Lleva la voz de las juventudes a las Naciones Unidas
Ana Valeria Becerril, egresada del ITESO, fue una de las cinco jóvenes mexicanas seleccionadas para participar en la octagésima Asamblea General de las Naciones Unidas, en la que se propuso representar la voz de otras personas de América Latina y el Sur Global.
Ximena Torres
En representación de las juventudes, Ana Valeria Becerril Pino, egresada de la Licenciatura en Relaciones Internacionales del ITESO, fue una de las cinco delegadas mexicanas en la octagésima Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Fue seleccionada entre casi 400 jóvenes de entre 18 y 24 años para viajar a Nueva York, del 28 de septiembre al 17 de octubre de 2025, y colaborar con la Delegación Oficial de México ante la ONU. Durante su estancia, asistió y convocó espacios de diálogos con otras personas para discutir sobre las problemáticas globales y las posibles soluciones que pueden construirse de manera colaborativa e internacional.
La experiencia completa, desde la preparación hasta las jornadas de trabajo en Nueva York, fue de total entusiasmo para ella. “Primero nos dieron dos semanas de capacitaciones, que fueron las dos semanas más felices e increíbles, porque estaba aprendiendo y viviendo la política exterior de México. Cuando me avisaron que me habían seleccionado sentí una mezcla de emoción, gratitud y responsabilidad, porque sabía con lo que cargaba”, cuenta Valeria.
Este año, para participar en la vigésima convocatoria de la Delegación Juvenil de México en la Asamblea General de la ONU hubo tres categorías: la de juventudes mexicanas en toda su diversidad —en la que participó Valeria—, juventudes indígenas y afrodescendientes, y juventudes residentes en Estados Unidos. Se buscaba impulsar una participación diversa para que las experiencias y preocupaciones discutidas en las Naciones Unidas también lo fueran. “Estar ahí es, por sí mismo, un privilegio. No nos gustaba la idea de darlo por sentado y decir: ‘Bueno, que las otras delegaciones hablen’”.

El sentido de responsabilidad se hizo más fuerte cuando Valeria y sus compañeras delegadas supieron que este año, de entre todos los países de América Latina, sólo México y Perú tendrían representación juvenil en la ONU. La mayoría de quienes asistieron eran originarios de países europeos y durante los intercambios de experiencias se dieron cuenta de las diferencias entre sus preocupaciones.
Por ello, durante su participación en los eventos paralelos (mesas redondas, debates y otros espacios de diálogo) la delegación mexicana se puso como objetivo principal insistir en la importancia de escuchar e incluir las voces de jóvenes del Sur Global desde un enfoque interseccional.
Una meta cumplida
Valeria conoció el programa Delegación Juvenil en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas durante sus primeros semestres en el ITESO. Inicialmente le pareció una meta muy lejana, pero se dijo: “esto es lo que yo quiero hacer, llevar las preocupaciones e ideas de la juventud mexicana al órgano deliberativo, representativo, político, más importante del mundo”.
Como parte de la preparación para cumplir esa meta, fue la secretaria general adjunta del Foro UNITESO 2025 (el ejercicio anual de simulación estudiantil del modelo de debate de las Naciones Unidas en la universidad) y se inscribió como alumna asociada en el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), uno de los think tanks enfocados en el estudio de asuntos internacionales más importantes de México.
En agosto de 2024 vivió su primera experiencia internacional, cuando la seleccionaron como delegada de México en la Cumbre de Jóvenes G20 (Y20) en Río de Janeiro. Ahí lideró propuestas en torno a la reforma del sistema de gobernanza mundial. Eso le cambió la perspectiva y reavivó sus ganas de llegar a las Naciones Unidas.

La gobernanza global —ese entramado de cooperación multilateral que busca que las organizaciones internacionales sean más representativas— fue el eje de la propuesta que Valeria presentó para aplicar al programa. El momento fue perfecto, pues este año, por su 80 aniversario, la ONU está enfocada en repensarse como organización y renovar su compromiso mundial con el multilateralismo.
Valeria tiene muy clara la relevancia del tema. “La ONU surgió después de la Segunda Guerra Mundial. Obviamente, el mundo ya no es el mismo. Entonces, ¿cómo podemos actualizar sus mecanismos para que realmente funcionen para los retos que vivimos actualmente? Yo sé que el mundo está pasando por muchas crisis y que las personas se preguntan para qué existe la ONU si no puede intervenir. Yo creo que es el único espacio que logra reunir a muchos países, jefes de Estado y sociedad civil para dialogar e intentar llegar a consensos, lo cual es extremadamente complicado en la práctica”, dice.
Entre los aprendizajes que Valeria obtuvo durante su periodo como delegada, destaca la convicción de que el multilateralismo es la única vía posible para enfrentar los problemas del mundo, pues muchos son tan amplios y complejos que ningún país puede resolverlos por sí solo. También comprendió que las relaciones internacionales y la diplomacia que realmente transforman la vida de las personas comienzan con la escucha y la empatía. Muchas veces es en las conversaciones informales de los pasillos donde hay más oportunidades de acercarse a otros colegas para construir alianzas.
A otras personas que, como ella, sueñan con llegar a las Naciones Unidas, les recuerda que mucho de lo global se construye en lo local, que su camino puede empezar en su propia comunidad, donde su voz sí tendrá eco porque “cuando la juventud habla, el mundo escucha”.
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